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La economía creativa combina la cultura y el comercio basado en la interacción entre la creatividad de las personas, las ideas, la propiedad intelectual, el conocimiento, y tecnología. 

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Las Industrias creativas se basan en este tipo de actividad económica que depende de la monetización de las ideas.

 

Hoy en día, la creatividad se reconoce cada vez más como un recurso renovable y omnipresente para el desarrollo sostenible centrado en el ser humano. Es bien sabido que las pequeñas empresas y las microempresas no solo están creciendo en importancia económica, sino que, en cierto sentido, están trayendo un orden económico completamente nuevo, con un nuevo paradigma sobre cómo se organizan las empresas.